lunes, 6 de octubre de 2008

LA PLAZA DE BOLIVAR Y SUS PROTAGONISTAS

Después de escuchar al profesor Guillermo Gartner en la clase del día de hoy hablando sobre las diferentes situaciones que pueden verse en la Plaza de Bolivar de nuestra ciudad Pereira, donde en gran parte se refleja lo que muchos de los ciudadanos de esta ciudad deben hacer bien sea por necesidad o por que les gusta, es por ello que recordé una crónica que yo había realizado en compañía de unos compañeros para un trabajo de Constitución Política en la Universidad y que nos dejo muchas experiencias que me gustaría compartir en este espacio con todo aquel que lo visite.


La Crónica tiene por nombre "LA PLAZA DE BOLIVAR Y SUS PROTAGONISTAS"


Empiezan a salir los rayos del sol, perpetuándose por entre las etéreas nubes, dándole vida a nuestra ciudad, pregonando con su irradiante luz el nacer de otro día. Con ello la imagen de nuestro libertador esculpida en bronce cobra vida, y su llama se enciende vivazmente, iluminando el lugar que a su honor lleva su nombre, la Plaza Simón Bolívar.

Su ubicación la hace aun mas especial, convirtiéndola en el principal sitio de encuentro entre pereiranos y extranjeros, enmarcando varios estilos de vida conglomerados allí. Abrigada por un montón de frondosos árboles que se encuentran a su alrededor, la Plaza de Bolívar busca escapar de la urbe, refugiando dentro de si misma todos los transeúntes que se esconden de la selva gris, sin poder dejar de observar la fastuosa representación de ese gran caudillo, que montado en su caballo, arroja un grito de independencia, dándole vida a su estático pero triunfante galopeo. Detrás de la estatua se observa las banderas representativas de este gran país, departamento y ciudad, recordando siempre a todos los pereiranos, el patriotismo y el aprecio a nuestra región. Si estas representan el patriotismo de todos los pereiranos, ¿Por qué se encuentran en tal mal estado, sucias y deterioradas?

En su entorno, se encuentran diferentes bancos, ubicados unos tras otros, además de un almacén de calzado, en el cual, el cliente al entrar, será acechado por el escuadrón del calzado, que miran hacia la entrada con los cinco sentidos bien atentos a la presencia de un comprador en potencia.

La alcaldía de la querendona, trasnochadora y morena se halla también alrededor de la plaza. Entonces, si la alcaldía representa el poder administrativo de la ciudad, ¿dicha administración se encuentra verdaderamente reflejada en la plaza? En la parte de afuera, los comerciantes del minuto a celular pregonan la tarifa mas barata al cliente, urgido por llamar ya sea a su casa, trabajo o amigo. Ubicados en esta parte de la Plaza de Bolívar están situados los puestos de información sobre la farándula, las noticias, los últimos aconteceres en la ciencia, la música, lo místico, con una selección de exquisitos libros de superación personal, y otras entretenidas revistas para adultos y si menores de edad se acercan, también se le vende. Aquí podemos ver dos contrastes por un lado quienes poseen un trabajo estable y saben que al final del mes tendrán un sueldo fijo y razonable, y por otra parte quienes por necesidad mas que gusto poseen un trabajo informal viviendo en la incertidumbre de llegar temprano en la mañana sin que nada les asegure que llegaran en la noche con algo de dinero para sostener sus familias, o simplemente no sabrán si el siguiente día podrán regresar a su sitio improvisado de trabajo, atentos al asecho de aquellos policías que se dirigen hacia ellos con la orden de no dejarles nada en su poder, con la orden de dejar a estos trabajadores ambulantes sin sus medios y herramientas de trabajo.

También se vera alrededor, diferentes sitios de comida, desde los que tienen mayor trayectoria y reconocimiento, como Frisby, Mimo’s y Punto Rojo, hasta aquellos mas recientes y pequeños negocios familiares como el Palacio de las empanadas con las mas ricas empanadas envigadeñas, luego un ostentoso centro comercial, que irradia los ojos de los transeúntes y sus visitantes, las personas de las mas altas clases sociales, las personas mas favorecidas de la ciudad o simplemente turistas que tiene como paso obligatorio la famosa Perla del Otún. Igualmente la Plaza esta rodeada de tiendas fotográficas, de estampado y la catedral, donde se congregan los domingos muchos fieles católicos, recalcándose como una de las partes importantes de la plaza.

SUS HABITANTES.


Por donde se observe, en toda la plaza existen diferentes personajes que van llegando a medida que pasa el tiempo, algunos para buscar el sustento diario, como los tinteros con sus emblemáticos carritos y termos, los cuales son ayudados por el frió de la mañana o las inesperadas tardes húmedas que se están volviendo costumbre en la ciudad, buscando un cliente que empiece a padecer síntomas de hipotermia; los fotógrafos que con sus maravillosas cajitas mágicas dejan plasmado un grato recuerdo de la estadía en la plaza, los vendedores de dulces, o chasitas, con sus cajas llenas de variedad en confitería, buscan a un buen cliente que quiera endulzar un momento de su vida. También se observa trabajar a los emboladores, apoyándose en sus prácticos cajoncitos, donde tienen sus utensilios de trabajo, embolando con tal experiencia unos opacos zapatos, mientras que leen las páginas opuestas de aquel periódico que un afanado cliente lleva consigo. Además están presentes los grandes oradores, que con sus discursos atraen a un centenar de gente para vender el producto a promocionar. Otros se acercan a la plaza a descansar un rato, sentados en las cómodas pero malolientes sillas, estas personas casi siempre son ancianos pensionados que departen un buen rato con sus amigos de tertulia, algunos por que en sus casas son rechazados y marginados, y otros por que ni siquiera tienen casa.

Hay otros mas descarados que se acomodan en los asientos y se echan una siestecita que puede durar hasta cinco horas, unos muy despreocupados de la vida, buscan un rinconcito de la plaza y hacen sus necesidades fisiológicas allí, dejando un hedor un poco desagradable que se confunde con la brisa mañanera y el olor a gasolina que se percibe por todas las calles alrededor de la plaza, después de haber transcurrido algunas horas del día. Se avecinan a la plaza, los desdichados, los solitarios y desamparados, a llorar por sus penas y sus dificultades en la vida.

Los pregoneros del amor buscan un recuerdo en la plaza como una foto al lado del Bolívar, para acordarse de aquel momento tan maravilloso que pasaron ese día, llegando a escuchar alguna melodía de los grandes músicos que se sientan en las banquitas y que con guitarras cantan las canciones de antaño. Otros músicos más exclusivos como el enanito, utilizan un peine para tocar y formar deliciosas y rítmicas melodías para un buen oído musical; sin dejar a un lado a don José Berrio que aunque un poco malgeniado convierte armoniosos sonidos con instrumentos improvisados, botellas de vidrio de diferentes tamaños, llenos de coloridos líquidos que siendo tocadas con dos simples listoncitos forman lindas sinfonías que se pueden escuchar como ecos en todos los rincones de la plaza.

Si se quiere cambalachar algunos accesorios personales como relojes, en una de las esquinas de la plaza se encuentra el sitio propicio para el regateo, o si el arte es lo primordial, siéntese y espere un rato porque el mago del lápiz, que no tiene nada que envidiarle a Van Gogh o a Rembrandt, deje fluir su instrumento en una hoja para plasmar allí la imagen de su cliente; imágenes que probablemente perpetuaran un instante durante muchos años, algunas lograran pasar a otra generación convirtiéndose en un simple recuerdo de la persona, con una firma en la esquina plasmada por un artista anónimo. Mas aun perdurable es la posición de la estatua humana, que roba muchas veces mas miradas que la misma estatua de Simón Bolívar, expresando así el arte y la forma en como se quiere expresar una persona que usa una de sus aptitudes para recolectar algunas monedas que le brindan sorprendidos admiradores de este talento innato.

La vida en la plaza sigue su ritmo, hasta que la musa de algunos poetas soñadores, impone su dominio en lo mas alto del cielo, acompañada por una macha negra que cae sobre la plaza como un suave manto de seda, es en este preciso momento en el cual el Bolívar con un soplo apaga su llama y le da pasa a la amplitud de la noche, esperando por un nuevo día, para mostrar la variedad de historias que cuentan los protagonistas que habitan su territorio, la Plaza de Bolívar.


Mientras tanto muchos de los ciudadanos de esta ciudad, son inconscientes de esta realidad, realidad que se refleja en toda Colombia, personas que se perturban por pequeñeces, y que no alcanzan a imaginarse cual sería su comportamiento y actitud, si estuviesen en estas mismas circunstancias.

miércoles, 1 de octubre de 2008

NUESTRA REGIÓN Y LA ANOMIA

En las sociedades actuales capitalistas en su mayoría, los derechos humanos principalmente los que tienen que ver con los derechos sociales, económicos y culturales de las personas que pertenecen a estas sociedades, no se encuentran garantizados totalmente, a pesar de estar plasmados desde hace muchos años en normas y manuales de conductas de las sociedad, esto mientras prevalezca la lucha de clases. Por el contrario, este fenómeno social produce un retroceso cada vez mayor en el respeto a estos derechos, viéndose ello reflejado la implementación de políticas públicas y gasto social que en muchas ocasiones no se ven enfocadas a la conveniencia de un grupo social organizado, sino que por el contrario hace más profundas las razones para que se genere una desorganización social, por que ello está atenta contra el manual de conductas que fue previamente establecido.

A pesar de que muchas de las cifras presentadas por los entes gubernamentales se muestre un aumento de las condiciones de vida de las personas de la región y en general del país, para nadie es un secreto que el nivel desarrollo humano de los habitantes de esta región – Eje Cafetero- y por que no de otras zonas del país había disminuido, reflejando por consiguiente las lamentables condiciones de vida de muchas personas; esta tendencia se ha venido se reflejando desde hace muchos años. Los niveles de desempleo van creciendo, los cinturones de miseria se han multiplicado, la calidad del empleo para los que tienen oportunidad se ha vuelto cada vez más transitorio e inestable; hoy en día se trabaja mucho más por menos pesos, el costo de la vida se ha incrementado, como producto del aumento del valor de los productos básicos de la canasta familiar, los servicios públicos casi en su totalidad han sido privatizados, el incremento mes a mes del costo de los combustibles, el aumento de los arriendos, los altos costos en la educación, el transporte, la salud, etc. han contribuido para que los trabajadores colombianos vean disminuidas su calidad de vida. Se invierte gran cantidad de dinero del presupuesto nacional en el fortalecimiento del Estado para combatir la Violencia que nos ha marcado por años, mientras que paralelamente se privatizan universidades, colegios y hospitales volviendo más inexequibles estos derechos fundamentales para las personas que por sus escasos recursos económicos no pueden alcanzar los costos que ello genera.


La migración de los campesinos hacía el campo ha sido importante en el desarrollo y evolución de los cinturones de miseria en las grandes y medianas ciudades, nos hemos acostumbrado a ver en cualquier esquina, letreros que anuncian la presencia de estos seres humanos, quienes viven usualmente en condiciones de vida infrahumanas, indignas e injustas; pero que para los habitantes de las ciudades ello se convierte en algo común incluso molesto por al tener personas que nos parecen diferentes “pidiendo” algo de lo que nosotros poseemos.
Es por ello que puede afirmarse que en nuestra región, llamada más comúnmente el Eje Cafetero o el antiguo Caladas existe como en el resto del país el fenómeno de la Anomia, es decir, aquel estado de desorganización en el que se ha roto el control de las normas sobre la conducta individual. Esto debido a que la sociedad civil se encuentra cada vez más polarizada y dividida; la guerra ha profundizado la ruptura social y los enfrentamientos ideológicos entre los defensores de las normas establecidas y que rigen la conducta de la sociedad y los que promueven una transformación de carácter social. Creándose de esta manera fragmentos de la sociedad, no sólo por ciudades o departamentos Caldas, Risaralda y Quindío, sino al interior de estos mismos núcleos sociales, que se aferran a sus intereses en detrimento del “bien común”, rodeado esto por un contexto donde es permanente el choque de sectores de población contrapuestos y sin centro.

Ello mismo puede verse reflejado no sólo en la sociedad, sino a la interior de las empresas, en las cuales por estar constituidas por un grupo de personas requiere de la existencia de una estructura normativa que guie la conducta de sus empleados de acuerdo a la manera como la dirección de la compañía lo desee; sin embargo, cuando dicha estructura se debilita a causa de una problemática direccional, se genera al interior de la empresa un ambiente de desorganización y caos que conlleva a que cada persona trabaje sin un objetivo claro, haga lo que él crea conveniente para sí mismo, mas no se piensa si esto es conveniente para sobrepasar la situación problema que acoge a la compañía, las directivas pierden el control sobre sus empleados y los objetivos de la compañía, convirtiéndose esto en un gran problema que ha llevado a muchas de nuestras empresas tradicionales y nuevas a su desaparición del mercado, sólo han logrado superarlo aquellas empresa que plantean adecuadas estrategias para tomar nuevamente las “riendas” de la organización y enfocan los esfuerzos de todos a la consecución de un fin común favorable para todos.

Estas últimas estrategias serían las necesarias para generarlas de manera local en cada uno de nuestros municipios, departamentos y el país; sin embargo, la única manera de lograrlo es con la voluntad de los dirigentes que se encuentran en la administración pública, por su puesto con la colaboración e integración de todos los sectores sociales, buscando la sinergia necesaria para combatir la Anomia que en el momento nos rodea.