El pensamiento complejo no es en modo alguno un pensamiento que reemplaza la certidumbre por la incertidumbre, que reemplaza la separación para incluir la esencia; el planteamiento consiste en realidad, en unir estos conceptos, certidumbre con incertidumbre, lo elemental y lo general, entre lo separable y lo inseparable. No se trata de abandonar los principios de la ciencia que siempre se ha manejado sino de integrarlos en un esquema que cada vez debe ser global, vinculando a todas las partes en su totalidad.
Es decir, el pensamiento complejo no es lo opuesto al pensamiento simplificante, sino que lo integra; pues el modelo de complejidad puede enunciarse tan sencillamente como el de la simplicidad: mientras este último impone separar y reducir, el modelo de complejidad se base en reunir, sin dejar de distinguir. El pensamiento complejo es, esencialmente, el pensamiento que integra la incertidumbre y es capaz de concebir la organización. Que es capaz de reunir, contextualizar, globalizar, pero reconociendo lo singular y lo concreto.
Edgar Morín es uno de los estudiosos que más han tratado el concepto de Pensamiento Complejo, anexo el vinculo de este video publicado en la red donde él expresa claramente su concepción.
1 comentario:
Eliana, espero tengas ahora un interés fuerte en ampliar tus propios conceptos. En la obra de Capra podrás encontrar buenos estímulos para ello. Copio y pego algunas lineas sobre esa obra que espero te entusiasmen a profundizar sobre ello:
"2.1. La crisis de percepción
Capra ha señalado, en distintas oportunidades, que uno de los mayores obstáculos para comprender las tendencias del mundo contemporáneo, y por lo tanto la naturaleza de su "crisis", es no percatarse que se vive y actúa dentro de los límites de una "crisis de percepción"."Cada vez se hace más evidente-escribe Capra- que los mayores problemas de nuestro tiempo no pueden comprenderse aisladamente. La amenaza de guerra nuclear, la devastación progresiva de nuestro entorno natural y la persistencia de la pobreza junto al progreso -incluso en los países más ricos- no son problemas aislados. Son diferentes aspectos de una misma crisis, que es esencialmente de percepción.
La crisis deriva del hecho de que la mayoría de nosotros, y en especial nuestras instituciones, seguimos los conceptos y valores de una visión del mundo ya caduca, una visión que es inadecuada para afrontar los problemas de un mundo como el nuestro, superpoblado e interdependiente" (1994: 29)
El paradigma desde el cual conocemos, valoramos y actuamos, según Capra, es el mecanicista, cuyo origen se remonta a Galileo, Bacon, Descartes y Newton. En términos generales este paradigma, propio de la modernidad y que hizo avanzar, sin ninguna duda, a la ciencia y a la tecnología, enfatiza en la desagregación de los procesos en sus partes constitutivas privilegiando el análisis y no tanto la síntesis.
En La Trama de la Vida, Capra explicita aún más su punto de vista. "El paradigma ahora en recesión ha dominado nuestra cultura a lo largo de varios centenares de años, durante los que ha conformado nuestra sociedad occidental e influenciado considerablemente el resto del mundo. Dicho paradigma consiste en una enquistada serie de ideas y valores, entre los que podemos citar la visión del universo como un sistema mecánico compuesto de piezas, la del cuerpo humano como una máquina, la de la vida en sociedad como una lucha competitiva por la existencia, la creencia en el progreso material ilimitado a través del crecimiento económico y tecnológico". (1998: 27-28)
Es importante destacar el papel que le atribuye Capra a la idea de percepción, que podríamos entender como visión, o perspectiva. Se trata de una especie de sistema de supuestos que nos permite comprender u organizar el mundo, la realidad y sus procesos. En este sentido la percepción es activa, interviene en nuestros procesos de conocimiento y experiencia. Hay en ella creencias, supuestos, teorías, sistematizadas o de sentido común, valores, etc., que intermedian en y con el mundo de la vida.
De aquí que sea fundamental la apreciación de Capra de que vivimos una "crisis de percepción". Porque, ciertamente, la forma en que actuamos en nuestro mundo de vida depende, sin lugar a dudas, de cómo percibimos y construimos ese mundo, es decir, depende del sistema de percepción o de la visión cultural que tengamos. Si percibimos el mundo desde una parte del mundo y asumimos que esa parte es el todo, o que el mundo es una serie discontinua de fragmentos, lo que hagamos dependerá de esa percepción.
Según Capra la realidad es un proceso mucho más complejo de intercambios, de interdependencia, una trama de vida que no puede ser aprehendida como si se tratara de un conjunto de partes separadas unas de las otras. El paradigma científico modernista ha insistido, sin embargo, en una metodología que tiende a fragmentar los procesos, a verlos como si se tratara de sistemas cerrados, autoreferidos y no de sistemas abiertos, o no desde la perspectiva de la interrelación entre sistemas cerrados y sistemas abiertos.
Esto ha hecho que, por ejemplo, en el ámbito social percibamos los problemas como tributarios de la parte, o locales, cuando lo correcto es asumirlos como problemas sistémicos que deben ser resueltos dentro de un contexto mayor, y con una visión holística o ecológica. Cabe aquí destacar que Capra tiene claro el aporte de distintos enfoques a su propuesta, como es el pensamiento sistémico y el holístico. Pero también que es necesario ir más allá, que no basta con la enunciación holística. En este sentido Capra distingue entre la perspectiva holística y la ecológica. Según Capra: "Una visión holística de, por ejemplo, una bicicleta significa verla como un todo funcional y entender consecuentemente la interdependencia de sus partes. Una visión ecológica incluiría esto, pero añadiría la percepción de cómo la bicicleta se inserta en su entorno natural y social: de dónde provienen sus materias primas, cómo se construyó, cómo su utilización afecta al entorno natural y a la comunidad en que se usa, etc."
La visión ecológica, por tanto, va más allá de la aprehensión de un sistema o de las relaciones de las partes dentro de un todo. Considera a cada todo como parte de otros todos, de otros ordenes complejos. Valora los contextos y los procesos, pero también los intercambios, el fluir permanente, el movimiento, la continuidad y la discontinuidad, el equilibrio, el orden y el caos, la entropía y la autoorganización, los valores, etc.
No se limita tampoco al ya clásico antropocentrismo que dio al hombre, y aquí en su sentido literal, el dominio patriarcal sobre la naturaleza y la sociedad, sino que asume como centro la vida. Así, el espectro no empieza con el hombre y acaba con él, como en las tradiciones humanistas occidentales sino que incorpora la vida como trama en la cual participan todos los seres vivos. Lo cual implica, adelantándonos a su propuesta, que sí es válido pensar en un conocimiento también ecológico, es decir, en una perspectiva donde, por ejemplo, la biología, la química, la física, puedan intercambiar información con la sociología, la economía, la historia y la estética, configurándose, en la línea de Morin, un saber posracionalista ecológico.
De tal forma que una perspectiva como la ecológica redefine de manera precisa nuestro concepto de disciplina científica, de conocimiento, de ciencia, de ciencia social, de humanismo y humanidades. "
Lo anterior lo encuentras ampliado en la siguiente dirección:
http://www.monografias.com/trabajos29/capra-contestacion-posmoderna-paradigma-ecologico/capra-contestacion-posmoderna-paradigma-ecologico.shtml#a21
Que tengas un buen comienzo de semana.
GAG
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